Otra vez el accionar de un policía contra un joven de 14 años abre el interrogante sobre la actuación de las fuerzas de seguridad ante la ciudadanía.
En un hecho al menos confuso un efectivo vestido de civil agredió a un menor de 14 años sin identificarse y sin dar explicaciones de actitud.
Un menor de 14 años habría sido atacado por un policía vestido de civil, sin identificarse, sin explicarle la causa y luego habría intentado llevarlo en su auto particular, acción que fue evitada por los testigos del confuso episodio.
El jueves a la tarde tres jóvenes salieron a dar vueltas en bicicleta por el macro centro de la ciudad. A eso de los 17 se cruzaron de la placita a una panadería para comprar bizcochitos. Uno de ellos, que había quedado afuera del local con su bicicleta en la mano, vio cómo se acercaba hacia él un sujeto alto, corpulento y que llevaría un arma al costado del cuerpo.
El joven pensó que lo venían a asaltar y llamó a sus amigos. El sujeto, sin identificarse, les gritó pidiéndoles el DNI pero como nunca se presentó como personal policial los jóvenes pensaron que iban a ser asaltados. El sujeto le agarra la rueda de la bicicleta a la víctima, lo toma del cuello, y mientras el joven no soltaba el manubrio pensando que se quería llevar la bici, en el forcejeo cae el menor, cae la bici y encima de ambos el policía Cristian Bottino.
En la lucha desigual, el chico pesa unos 45 kilos y el policía unos 100, lo tira boca abajo y le pone las piernas arribas hasta que llega una testigo y le pide que lo suelte, que no le iba a hacer nada.
Cuando esta joven se arrima el menor le pide que por favor llame a su hermana que es abogada pero como no se acordaba del número del memoria se lo quiere dictar y el policía le arrebata el celular y le dice que no va a llamar a nadie.
Hasta que finalmente la mujer puede contactarse con la madre del joven.
La madre
Según la madre, que por temor no quiere identificarse, el jueves a la tarde tipo 17,30 recibió un llamado de una persona donde le dicen que su hijo de 14 años estaba golpeado en una ambulancia. Había salido en bicicleta junto a sus dos amigos en el horario que estaba permitido para volver a las 18.
La mamá le pregunta a la interlocutora si era policía y ella le responde que no. Ella iba en auto por 9 de Julio al 100 en la zona del triángulo por la zona de Cardinales.
Le dice que es una testigo y ella le responde que está a pocas cuadras que iba para allá. “Cuando llego desesperada encuentro a mi hijo llorando arriba de la ambulancia. Cuando lo veo me siento mejor y el médico me explica que tenía golpes en los genitales por una caída y algunos hematomas y pequeños golpes pero que estaba muy dolorido”, señaló la madre.
“Le pregunto a mi hijo qué le había pasado y me dijo que un policía lo había golpeado. Que él creía que ese hombre se había acercado para asaltarlo”, agregó.
“Cuando el personal de la ambulancia me pide que baje del vehículo porque iba a revisar a mi hijo, se acerca un señor de civil y me pide que firme una planilla”. Antes de mirar de qué se trataba, la chica que era testigo la alerta de ese señor era quien le había pegado a su hijo. Un poco más allá había dos policías uniformados.
La mamá le preguntó qué había pasado pero no obtuvo respuesta. Le preguntó quién era, y tampoco le respondía. “Sólo me decía que él no había hecho nada”.
A todo esto la testigo le decía que ella había visto cuando el sujeto lo tiró al piso, y que gracias a que ella se opuso el joven no lo subieron al auto particular del policía, que nunca se identificó.
Cuando llega el resto de la familia del joven lo único que consiguen es que el policía diga que es efectivo de Juveniles y cuando quieren le piden la identificación este se sube al auto y sin mediar explicaciones se quiso escapar. La madre toma la fotografía del auto y del policía, mientras su hijo estaba sufriendo una crisis nerviosa por el estado en que había quedado la bici y por el susto que había tenido.
Mientras el policía se escapa, “nos quedamos con los dos policías que querían retener la bicicleta. Se armó de nuevo lío porque, no había motivo y nadie sabía por qué la querían retener”.
Del lugar del incidente la familia concurre a la sede de tribunales para hacer la denuncia, pero no se la toman por la hora y les informan que tenían que dirigirse previamente a la Unidad Judicial ubicada en calle Belgrano. Cuando llegan a la policía recién le reciben la denuncia a las 11 de la noche. ¿Pero quién estaba en el lugar? Sí, el sujeto que había forcejeado a su hijo.
“Ahí estaba el buen señor, intimidándonos, no sabíamos qué hacer, demoraron tres horas en tomarnos la declaración como si fuesemos personas ignorantes, fuimos tratados como no corresponde tratar a nadie. El médico no lo quiso revisar y nos dijo que el dolor que sentía mi hijo era subjetivo, no le miro los corte ni los testículos ni los moretones. Sólo recibimos un certificado diciendo que tenía pequeñas contusiones”.
La testigo dice que si ella no hubiese intervenido nadie sabe qué hubiera pasado con el chico. “Voy a seguir con el tema porque no podemos que permitir que haya abuso policial, ni en el mundo ni en nuestra ciudad”, dijo la madre del joven que hoy sigue muy asustado.