El trabajo de un guardavidas es prevenir accidentes, concientizar a los ciudadanos en el cuidado del río y actuar en caso de que haya que hacer primeros auxilios. En Río Cuarto hay un equipo de diez preventores, Otro Punto dialogó con algunos ellos y pudo comprobar que a su trabajo le suman pasión, una sonrisa y una gran dosis de compañerismo y amistad.¿Por qué eligieron ser guardavidas?
– ¿Por qué eligieron ser guardavidas?
– Martín.- me capacite hace once años, a través del profesorado tenía compañeros que me fueron trasmitiendo la pasión por esta actividad. Comencé con la capacitación anual del curso de guardavidas, con el tiempo fui adquiriendo experiencia en otros lugares, como el mar, laguna, pileta y ahora en río. En mi caso hace once años que soy guardavidas y lo que más ha cambiado en todo este tiempo es el abordaje con las personas, mi forma de ir abordando a la gente ha cambiado. Pero también ha mejorado la confianza a la hora de realizar salvatajes uno adquiere más experiencia.
– Romina.- En mi caso desde pequeña me gustaba ayudar, cuando iba a la escuela había un pequeño grupo de estudiantes que trabajan en defensa civil escolar y desde ahí comencé a trabajar en eso de colaborar con los demás, no solo guardavidas sino todo aquello que tenga que ver con el voluntariado y ayudar a los demás. Hace 13 años que soy guardavidas y debo decir que todos los lugares son diferentes, se aprende mucho de cada tipografía y eso hace que uno siempre este creciendo en su trabajo, evolucionando y estudiando.
– Martina.- Me decidí porque se unían dos cosas que me gustan, el agua y ayudar a las personas. Me encanta lo que hago, ya hace cuatro años que soy guardavidas y disfruto mi trabajo.
– ¿Cuál es su función?
– Martín.- La función principal de un guardavida es prevenir. Muchas veces se cree que solamente es una actividad de cuidado cuando ya pasan las cosas, pero en realidad es de prevención principalmente. También tenemos las tareas de primeros auxilios, se nos capacita en técnicas de salvamentos, actividades de RCP, pero el fuerte es prevenir.
Nuestro trabajo es evitar que los accidentes sucedan y concientizar a la gente. Nuestro trabajo en el río, un lugar donde siempre viene gente diferente, hay turistas, personas de vacaciones que deben estar informadas y concientizadas de su vivencia en el río.En esos casos utilizamos mucho el altoparlante, es muy efectivo.
– ¿Han tenido que salvarle la vida a alguien?
– Martín.- Si, en el río pasa todo el tiempo, todos los días hacemos primeros auxilios y salvatajes. Hay muchos niños que juegan solos por el río, por eso trabajamos mucho la prevención con los adultos y los cuidados. No se ve nuestro trabajo, pero estamos todo el tiempo trabajando en eso.
– Romina.- A mi me paso una vez en la playa, tuve que realizar tareas de reanimación a una persona mayor, primero rescate acuático y luego primeros auxilios. Y aquí, en el río, es donde hay más riesgos, mucho más que en una pileta.
– ¿Cómo es el río de nuestra ciudad?
– Martín.- Antes que nada nosotros vamos indicando a las personas dónde se pueden bañar y que estén atentos a nuestros mensajes.
– Romina.- Siempre hay que tener en cuenta que nuestro río cambia todo el tiempo por el inflado y desinflado de los gomones, como así también saber que las cascadas que caen del azud generan espacios de mucha profundidad. Siempre las personas que vienen al río deben estar atentas a ese cambio y escuchar los consejos.
– Y los riocuarteneses, ¿cómo somos?
– Martín.- De a poco nuestro río ha ganado protagonismo hasta llegar al día de hoy donde nuestro balneario es muy familiar y vienen grupos de todas las edades.
Tenemos un río cada vez más limpio ya que se hace mucho hincapié en la higiene del espacio, hay tachos para los residuos y estamos constantemente pidiéndole a la gente que se lleve la basura o la tire donde corresponde. Este año con la pandemia se sumó la concientización sobre covid 19 y las medidas para prevenirlo. Por todas estas causas la gente ha elegido más el río de la ciudad.
– Martina.- En estos años aprendí mucho sobre cómo tratar con la gente de diferentes edades. Como en todos lados hay de todo, hay personas que entienden, respetan al guardavida y son muy amables y están aquellos que se enojan o piensan que uno lo hace para molestar. Pero en general la mayoría de la gente es muy buena, incluso los chicos que uno muchas veces reta terminan haciéndose amigos de los guardavidas.
– Romina.- Concientizar no es fácil, sobre todo los padres que muchas veces se confían y dejan a sus hijos solitos y eso lo recalcamos por audio y acercándonos a charlar donde ellos están. El tema de la limpieza también es algo que tratamos de concientizar, la gente tiene que acostumbrarse a depositar la basura donde corresponde.
– ¿Qué es lo que más les gusta de su profesión?
– Romina.- Es pasión, se disfruta todo, el río la gente, los compañeros, toda forma parte de esta pasión. Trabajamos de lo que amamos, llevamos el disfrute a nuestro día y eso hace que no nos canse.
– Martina.- El trato con la gente es para mí lo más especial.
– Martín.- Además de eso que nombran mis compañeras creo que se va formando una vocación, una tarea que se hace con pasión y una formación. Nos preparamos todo el tiempo para trabajar mejor. Incluso más allá de trabajar en equipo con compañero creo que este tipo de trabajo en lo particular me dio grandes amigos. Por último el espacio donde trabajamos no tiene precio, el aire libre y la naturaleza se disfruta mucho, es impagable.
– ¿Y qué es lo que menos les gusta de su trabajo?
– Martín.- Los tres coincidimos en que es muy poco tiempo de trabajo (risas) son solo tres meses.
– ¿Cambio su trabajo con la pandemia?
– Martín.- Si, principalmente tuvimos que concientizar sobre el uso de tapabocas, el distanciamiento social, había que fortalecer esas cuestiones relacionadas con el Covid 19. Más allá de eso, este año disminuyó la cantidad de gente por lo tanto disminuyeron algunos riesgos, no hubo gente con lesiones severas ni rescates graves. Han sido pocos y leves. Eso fue lo positivo dentro de lo que pasa cada año.