Esta historia llega a las páginas de Otro Punto a través de Cristian Olguín, bisnieto de quien supo ser el dueño de las tierras en donde comenzó a funcionar la misma, y nieto de quien años más tarde decidiera donar un pedazo de la estancia en donde se erguiría la escuela rural que supo acobijar a cientos de estudiantes.
Una de las tantas estudiantes que pasó por dicha escuela es María Esther Gaspar de Olguín, abuela de Cristian, y primera generación de estudiantes de la Escuela con apenas cuatro años. María Esther tiene 84 años y el domingo estará participando del aniversario de una escuela que la vio crecer.
Desde su inauguración en 1941 hasta el año 2017 recibió la designación de muchos maestros y maestras para ejercer la educación de la zona y vio pasar cientos de niños y niñas que cursaron sus estudios en la misma.
Este año, y producto del cierre de la escuela durante el año 2017, Cristian y sus hermanas, continuando con el legajo familiar se propuso continuar con el proyecto educativo iniciado por su bisabuelo y abuelo, y comenzar a soñar con la inscripción de la misma en el Proyecto Educativo: Secundario para Adultos en lo Rural.
Recorriendo los 80 años de historia
En el paraje de Los Pozos, que se constituyó entre el casco del campo de un tal Quiroga, con grandes barrancas y “Pozos”, y el pequeño almacén de Fernando Gaspar, donde se amasaba el pan, se carneaba y se producían algún otro tipo de producto para la gente de la zona se fue gestando una escuelita.
Considerando a Idalina Quiroga la ideóloga y personalidad influyente en un lugar rural habitado por terratenientes, como de empleados rurales, de distintas nacionalidades como de distintos estratos socio-culturales. Promueve la creación de un espacio de enseñanza de lecto escritura, y de matemáticas básicas en la casa de su padre.
Una escuela que le brindaría a la gente que hasta ese entonces se encontraban en un estado de analfabetismo, como también de incomprensión del lenguaje español debido a las migraciones principalmente europeas.
Idalina Quiroga promueve toda la conformación de la escuela, realizando un censo a caballo y sulqui, contabilizando toda la gente de la zona que podría concurrir a la institución. Un año antes a la inauguración formal, con aprobación Nacional, Idalina fallece, sin poder ver funcionar la escuela por la que tanto lucho.
Idalina Quiroga en ese entonces, estaba casada con Mamerto Olguin, un humilde trabajador de la tierra, proveniente de la zona de las Higueritas, pegadito al cerro El Morro de San Luis. Tenían tres hijos Alicia Olguin, Humberto Olguín (abuelo de Cristian) y Haide Olguin.
Vivir en el campo en esa época, era muy distinto a la actualidad, en la que vemos grandes contratistas internacionales aprovechándose como de una “cantera minera”, sembrar mutaciones de cultivos, sin importarles talar el monte nativo, y engañar al terrateniente con moneda de otros países. En esta época se vivía con muy pocos recursos económicos, “a los tirones” como te dicen los que estuvieron ahí.
Con una demanda social que era urgente, ya que necesitaban poder comunicarse entre vecinos, hablar el mismo idioma para poder entenderse, se institucionaliza esta escuela.
Maestros y ex alumnos
En aquel momento Octavio Nicolás Lizzi fue el único maestro que encabezaba la institución, y que dividía la única aula que había, en una escala progrediente de aprendizajes, desde aquellos estudiantes con más dificultades al frente y aquellos más letrados hacia el fondo.
La escuela se mudó a la entrada de este campo, donde Humberto Olguin (abuelo de Cristian) y su esposa María Esther Gaspar (abuela de Cristian e hija de Fernando Gaspar), siendo muy jóvenes y asumiendo las responsabilidades luego de la muerte de los dueños del campo, donan una hectárea del mismo, y es donde en la actualidad yace una pintoresca Escuela, edificio de apenas 65 años, que en conjunto a Humberto, Daniel, María y Walter (hijos de Humberto y Esther) cuidan y restauran con lo que está a su alcance.
Con los años han ido defendiendo esta institución muchas maestras designadas desde la provincia, que le pusieron el cuerpo a un lugar y a una población que sobrevaloro sus esfuerzos, y que por el gran atravesamiento cultural que originaron hasta el día de hoy, los ex alumnos los recuerdan como una gran herramienta de vida, donde no fue únicamente aprender a sumar, restar, leer y escribir, sino que también les brindaron una parte de su vida para que esto nunca desapareciera y quede como una riqueza humana, de generación en generación.
Proyecto Educativo: Secundario para Adultos en lo Rural
Con la iniciativa de poder crear un espacio presencial, como también amoldarse a las grandes posibilidades que brinda lo virtual, Cristian se ha propuesto junto a sus hermanas Verónica Olguin y Fernanda Olguin, quienes por mutuo acuerdo con el estudiantado, vienen realizando esta tarea de acompañar a los adultos, con un seguimiento más específico.
Cambiar algunos hábitos, reflexionar sobre la importancia de la realidad social, como también superar ciertas frustraciones que le dejaron no haber finalizado los estudios en otros momentos de sus vidas, son algunos de los objetivos que se proponen y que se conjugan junto a la didáctica pedagógica.
A partir de este año, los hermanos se propusieron un proyecto educativo que aguarda se destinen fondos públicos para el año próximo (2022), pero principalmente se espera que se conozca entre la gente de la zona del sur de córdoba, (zonas aledañas a Rio Cuarto, Sampacho, Achiras, entre otras).
A pesar de ya existir los C.E.N.M.A (Centro Educativo de Nivel Medio Adultos), y por el hecho de haber vivido muchos años en el campo y principalmente conocer a la gente de esta zona, que a pesar de ser personas con grandes conocimientos de vida, de haber entendido el significado de la realidad desde un lugar tan natural y ecológico, no pueden terminar de insertarse en la sociedad por distintos aspectos formales de la Educación Académica como garantía dentro de lo ético y moral.
Al describir a estas poblaciones del ámbito rural de la actualidad, me refiero a personas que ya casi no forman parte de estos sectores agro-exportadores, ya que cada día son más excluidos debido a que los avances de la tecnología impiden a que puedan realizar ciertas labores que siempre hicieron como subsistencia económica.