En la novena semana del juicio contra Marcelo Macarrón, Otro Punto sigue apelando al archivo de notas propias, para dar contexto a los hechos que se están dilucidando en las audiencias en Tribunales.
NOTA DE ARCHIVO
No se los consulta. Pero ven que la investigación va por un camino que no es el que ellos advirtieron con mayor claridad en sus pericias. Les llama la atención las embestidas que vienen desde Còrdoba y temen ser perejiles sobre los que recaigan culpas.
Parecen convidados de piedra. Uno afirma que durante la reconstrucción del crimen de Nora Dalmasso, el 8 de febrero, no fueron consultados para nada. Estudiaron al lado del cuerpo mientras los abogados hablaban de hipótesis, pero prescindieron de su opinión. Terminaron mirando televisión en la casa de Macarrón. Otro afirma que no fue convocado para una instancia clave como fue la exhumación, el 27 de diciembre. Se enteró por radio de que estaban sacando el cadáver para tomar muestras.
Otros no salen de su asombro cuando ven que la investigación va por el carril de la violación. Los forenses de Rìo Cuarto que fueron elogiados hasta por los peritos designados luego para corroborar que los trabajos se habían hecho bien ahora temen terminar siendo los nuevos perejiles.
Sin ADNI. Las embestidas que sufrieron los forenses comenzaron cuando el Ceprocor no encontró espermatozoides en las muestras que analizó.
“La doctora Modesti dijo que quizá no habían sido bien sacadas las muestras. Hace veinte aós que hacemos esto”, dijo un forense con muecas inoculables de dolor. Hacía referencia a las declaraciones de Nidia Modesti, responsable del laboratorio de Biología Molecular del Ceprocor.
Los especialistas que analizaron los lugares y elementos donde pudo haber semen determinaron que no había en la bata, que no había en ninguna de las sábanas, en la almohada y tampoco en la funda.
En algunos hisopados tampoco encontraron algo pero hubo resultados confusos en las muestras del saco vaginal. El dictamen del químico Zabala había sido contundente: “se determinó la presencia de semen en el excudado vaginal, anal y en algodón que se levantò muestra de zona vulvar”.
Esto fue corroborado por el estudio de fosfatasa ácida protática, método que es prácticamente universal.
También buscaron el ADNI en cabellos. Encontraron 30 pero descartaron 24 porque pertenecían a Nora Dalmasso y se quedaron con seis cuyos resultados se desconocen. Los cabellos que pertenecen a la víctima son castaño clario lacio, teñidos. Los seis cabellos que quedaron los siguen estudiando y se desconoce si pudieron corroborar que se tratara de otra persona que no fuera Norita. Había pelos en la cama, en un cenicero y en el lavatorio.
La pericia que reveló que el cinto de la bata de la mujer tenía sangre determinó que esta pertenece al tipo A y corresponde a Nora Dalmasso. Era sangre producida como consecuencia del ahorcamiento que le provocó la muerte.
Violación. La segunda embestida de la que acusaron recibo los profesionales de Río Cuarto es el sorprendente cambio que hizo un forense cordobés invitado a opinar para la causa con voz y voto.
El cordobés Ricardo Cacciaguerra fue el único forense que hasta ahora dijo que Norita fue violada. Lo hizo a través de un informe presentado el 23 de febrero último, dos meses después de que se lo pidieran. De manera inmediata sus argumentos fueron incorporados por los abogados de Macarrón que por esas horas, coincidentemente, debían presentar un informe a la Cámara de Crimen para pedir la prisión del pintor Gastón Zárate, supuesto autor de violación y crimen.
Pero esa coincidencia no es lo más sorprendente. Sino que su opinión es diametralmente opuesta a la que él mismo había dicho antes, luego de observar las mismas fotos, puesto que no estuvo en el lugar del hecho.
“La víctima luchó, se defendió del agresor, pero éste la dominó”, disparó Cacciaguerra en un argumento que le sirve al fiscal para afirmarse en la hipótesis de que está ante una violación seguida de muerte.
El giro dado por Cacciaguerra en su opinión dejó boquiabierta a los forenses locales consultados que vieron el cuerpo durante varias horas y que no advirtieron que haya una violación, pese a que han visto varias decenas de casos.
No descartan que se trate de una relación no consentida, pero las lesiones no describen científicamente un abuso según explican.
La primera ampliación de los ofrenses la dieron hace diez días a pedido del abogado defensor, Enrique Zabala. Los convocados, allí dijeron claramente que estiman que no hubo una violación y que el semen puede conservarse hasta 96 horas.
Las críticas provenientes del Ceprocor, la extraña ausencia de semen, la desconcertante posición de Cacciaguerra que vio a Nora Dalmasso por fotos, la falta de interés de los investigadores por conocer una ampliación de sus consideraciones sobre los estudios realizados, han colocado a los especialistas locales en una posición incómoda. Por ese motivo, ahora, cuando se les pide que pongan el brazo para cotejarles su ADNI con el patrón genético encontrado en el Ceprocor, temen convertirse en los nuevos perejiles de la historia.
Por Javier Lucero.