En capítulos de 45 a 60 minutos aborda las problemáticas de los y las adolescentes de una escuela secundaria inglesa. La historia inicia cuando Otis (Asa Butterfield), estudiante tímido y poco popular, hijo de la Dra Jean Milburn (Gillian Anderson), reconocida terapeuta y psicologa sexual del pueblo responde de casualidad una duda sobre sexo de un compañero de la escuela. Se corre la voz de que es un Gurú del sexo, y deciden iniciar con Mae (Emma Mackey), estudiante rebelde de la institución, una clínica de consultas sexuales en la escuela.
La serie aborda de una manera muy divertida la variedad de sentimientos y emociones de las adolescencias. El hecho de estar enmarcada en la escuela determina ese espacio como centro de diálogo y aprendizaje sexual de los y las adolescentes. Campo en donde se pone en juego la construcción de las identidades, el deseo, la necesidad de socializar entre pares (podemos ver por ejemplo las “tribus” en donde están lxs deportistas, lxs populares, lxs músicxs de la banda escolar, entre otras) y de diferenciarse de la familia.
A medida que avanza la serie estos estereotipos adolescentes se van complejizando. El deportista bravucón homofóbico sufre la relación con su padre autoritario y la imposibilidad de expresar su parte sensible, la adolescente rebelde lidia con una madre drogadicta, debe trabajar por fuera de la escuela cuando lo que más le gusta hacer es leer y escribir literatura, la chica más popular ha construido su personaje duro para no tener que contar sobre sus problemas familiares. Los prejuicios en torno a las identidades y elecciones sexuales son problematizados, no hay una sola forma de expresar esas identidades ni de vivirlas.
El mundo adulto también está representado, muestra una generación en la que no se habló de sexo, ni de sentimientos. Una generación en donde las emociones no se verbalizaban, y la adultez llegaba muy rápido: con familias recién salidas de la posguerra que exigían a sus hijos otras actitudes y deber ser como la paternidad/maternidad. Es a través de la figura de la Dra. Jean Milburn que esos personajes del mundo adulto comienzan a ser comprendidos, ya sea como pacientes o como vínculos personales. Por ejemplo la esposa del Director de la secundaria que problematiza su matrimonio y descubre que aún siente deseo, que no le gusta su vida cotidiana y decide activar su pulsión vital generando transformaciones en el seno familiar.
Otro de los aspectos de la serie que se muestran como una marca de época es en la relación entre las mujeres, tanto entre las compañeras de la escuela como entre docentes y madres. Esas relaciones ya no son desde un lugar de competencia sino que se van creando lazos de sororidad. Entonces cuando una compañera sufre una situación de abuso en el transporte público son sus amigas (y otras no tan amigas) quienes la acompañan para que pueda expresar esa angustia y también evidenciar al agresor con el que se seguía tomando el colectivo. También se puede ver en el acompañamiento por parte de la profesora de literatura a Mae, para que a pesar de las dificultades económicas y familiares pueda postularse a una beca de estudio en Estados Unidos.
Abordar la educación sexual integral (ESI) en las escuelas no es solo una problemática cordobesa sino que es un desafío a nivel global y un derecho de los/las jóvenes. Las producciones audiovisuales dan cuenta del interés en la temática, en algunos casos continúan fortaleciendo viejas ideas (El caso de la serie ELITE por citar un ejemplo) y en otros proponen visibilizar diversidades, como en Sex Education. Como afirma Guadalupe Molina, experta en la temática: La ley 26150 (ESI) ha habilitado un espacio de trabajo desde donde definir/disputar nuevos márgenes de enunciación, dando más lugar a quienes hace poco años atrás se mantenían a las sombras de modelos hegemónicos. No es que éstos hayan desaparecido pero se ha reconfigurado el entramado institucional y político desde donde perfilar escuelas más vivibles. Acompañemos.
Por Lele Floriani.