La cita, breve, no más de dos horas, ocurrió en el Viejo Mercado donde se sirvió un catering abundante regado con vino tinto y gaseosas. Por lo menos la mitad de los asistentes eran funcionarios municipales (faltó un secretario…) encabezados por el intendente Juan Manuel Llamosas y Samantha David, directora del Centro Cívico riocuartense.
Hubo ausencias importantes y a quien más se recordó fue a Alejandra Elstein, directora de Otro Punto, quien no faltaba nunca a estos encuentros y siempre se hacía notar con sus comentarios y su sonrisa inalterable. Otros compañeros que ya no están fueron recordados en las charlas: Nico Florio, Maxi Chapezzoni, Osvaldo “El Turco” Whebe y Belén Whiltberg.
Otro Punto dialogó con periodistas de la ciudad que hablaron de la situación actual del periodismo, tanto local como nacional. La realidad muestra que el periodismo se encuentra atravesando desde hace tiempo un nivel alto de precarización laboral, que comienza en la necesaria explicación de que los salarios del sector son bajos, insuficientes, con un alto porcentaje de trabajadores que necesita tener más de un trabajo para poder, aunque sea empatar a la inflación. Lamentablemente aun persiste una fantasía entre el público, una falsa idea de que las y los periodistas cobran grandes sumas de dinero y que son un sector privilegiado. Nada de eso ocurre, al menos por estas comarcas.
Ese fue uno de los ítems que más remarcaron los colegas consultados. Y de cómo afecta necesariamente esta situación económica en el trabajo diario y en las concesiones que se hacen para no perder más de lo que ya se viene perdiendo.
Marcos Jure, Periodista del Diario Puntal
Es un momento muy difícil porque no sabemos del todo dónde estamos parados, hacia dónde va la profesión. Es un momento de crisis tanto de los periodistas como de las empresas periodísticas en cuanto a la identidad del tipo de periodismo que buscamos pero tanto hay una crisis de la audiencia que tampoco sabe qué le exige al periodismo. Si exige un periodismo indignado, de crítica fácil pero que se queda en la superficie o si pide un periodismo de fondo, que lleva tiempo y recursos y lleva mucha preparación. Pareciera que se nos pide un periodismo de fondo pero cuando se lo damos no se lo mira, no se lo sigue, no se lo ve, y lo que tiene exposición y éxito es el periodismo más fácil. Es este un momento de revisión tanto de los que estamos haciendo los periodistas y las empresas periodísticas como también del público, qué quiere, en un contexto del país también muy difícil de interpretar, a todos nos pasa. Tenemos que sumar como periodistas cada vez más elementos, leer cada vez más, tratar de entender para poder interpretar esto que nos está pasando a nivel nacional e internacional.
-El problema es que después la gente solo lee el título y ya con eso opina.
Por eso te decía que hay una exigencia de un periodismo más profesional pero después impera la liviandad, tanto en nosotros los periodistas como en la audiencia que solo con cuestiones de superficie se opina. Se forman opinión y posicionamientos políticos y lo vemos lo que está pasando a nivel nacional con los escenarios políticos con dirigentes que se posicionan muy rápidamente leyendo títulos grandilocuentes que muchas veces esconden ideologías que son muy difíciles de sostener.
-¿Qué expectativa tiene: va a mejorar o va a empeorar la situación del periodismo argentino?
Yo siempre espero que mejore, por eso seguimos en esto pero no hay demasiados elementos para ser optimistas, ojalá que todo esto nos lleve a una revisión a nosotros mismos de lo que estamos haciendo, que somos los principales implicados, es lo que queremos, es lo que nos gusta hacer, es la profesión que abrazamos y que a pesar de todo la seguimos ejerciendo porque ser periodista hoy es difícil, mirado desde todos los puntos de vista. Ojalá aparezcan nuevos elementos para que tanto nosotros como desde las audiencias y los directivos de los medios como para que esto claramente mejore.
Gabriel Marclé, Periodista en el Diario Alfil
Lo primero es que el periodismo está empobrecido, que es lo que más nos duele en esta realidad tan dura para todos pero especialmente para los que tienen trabajo, trabajan todos los días en hasta tres o cuatro lugares y sin embargo tienen problemas, no solo para llegar a fin de mes sino también para tener una vida digna. En particular la situación de los periodistas que están en los medios de comunicación que son básicamente receptores de una gran cantidad de presupuesto a nivel nacional, provincial y municipal, que permite que funcionen esos medios pero los trabajadores siguen siendo los que se llevan la peor parte de ese reparto porque por sobre todas las cosas sigue habiendo una constante lucha ya no solo con lo económico sino con lo simbólico, lo que es la profesión en sí, que tiene que ver con decir las cosas que se tienen que decir y ser censurados internamente en esas empresas porque van en contra de sus intereses que no redundan, obviamente, en una mejoría ni para el trabajador ni para la sociedad.
-Porque se sienten condicionados por la pauta publicitaria que reciben del Estado.
Es una lógica que va cada vez peor, es lamentable que sea así, porque uno hasta diciéndolo se siente parte de eso, porque es muy difícil salir de ese sistema. Lo preocupante también es que cuando salimos a pedir mejores salarios como cualquier otro trabajador, la respuesta que nos dan es mucho menos que lo óptima, incluso hay destrato, se trata a los trabajadores de prensa como si no estuvieran cumpliendo una función social de suma importancia y eso perjudica lo que viene a futuro, porque si seguimos de esta manera, cuando se ve la realidad, creo que hay muchos chicos que quieren hacer periodismo, que quieren dedicarse a esto pero cuando empiezan a ver cómo se mueven las cuestiones internas se dan cuenta que de que es algo que no va a terminar siendo el mejor camino para ellos. Por eso hay que valorar muchísimo el trabajo que se hace desde las cooperativas, desde los medios independientes, desde los periodistas con conciencia social, con trabajo social porque son ellos los que ayudan a que la balanza no esté tan inclinada hacia un solo lado. El Estado debería acompañarlos más porque no basta con la pauta que se les da a los medios grandes de comunicación, sino que tiene que haber un reparto más equitativo de los recursos.
-¿Vamos hacia un periodismo más acrítico o al revés, más crítico?
Creo que las redes sociales vinieron a favorecer que cada vez haya más periodistas con canales donde puedan expresar lo que no pueden decir en los medios para los que trabajan. Aunque eso después traiga problemas porque te dicen ´no te contrato porque dijiste esto´ o ´cómo vas a decir tal cosa, mirá que tenés un trabajo acá´. Bueno, no importa, creo que cada vez hay más valentía porque hay herramientas para hacerlo. Las redes sociales, medios autogestionados, hay personas que pueden trabajar en un medio grande y al mismo tiempo en otro que se autogestiona y puede decir ahí lo que quiere. La crítica está y hay canales para hacerla y en algún momento yo creo que esta dinámica se va a romper, tiene que haber una presión no solo desde nosotros como comunicadores sino de cómo comunicamos a la sociedad la importancia de tener medios que realmente aporten algo a la sociedad.
Creo que tarde o temprano el cambio va a llegar porque las empresas de medios se llevan por lógicas que no son las que implican estar viviendo en el presente, con el avance de las nuevas tecnologías, con la liberación de espacios que hay. En algún momento los medios de comunicación grandes se van a dar cuenta que ya no hay lugar para esa vieja lógica, van a tener que cambiar.
Verónica Carasso, Periodista Revista Breves
La profesión a mi me apasiona así que yo la veo siempre bien, pero es como que soy demasiado optimista. En realidad, creo que como todas las cosas, como el mundo mismo, está convulsionada, es difícil porque hay que ver desde dónde parten los mensajes, hay mucha comunicación de nicho, también a quién se le habla, y por ahí en esa atomización se pierde la cohesión que el periodismo ayuda a que tenga la sociedad, una comunidad como Río Cuarto, por ejemplo.
El periodismo es fundamental para que los hechos trasciendan y para mi los hechos, las cosas que suceden son sagradas y si no se dan a conocer a través de las historias, de los relatos, se pierden o no tienen el valor que alcanzan, que a veces no llegamos a medir hasta dónde llegan a través de la palabra escrita u oral. Es un rol fundamental en la sociedad, yo amo el periodismo.
-En su caso usted eligió hacer periodismo sobre las empresas de la ciudad. Y no siempre ha sido fácil contactar y hacer hablar a los empresarios.
Yo hablo con los empresarios, sí. No les gusta mucho hablar pero le estoy sacando agua a las piedras. En realidad es como que encuentran un espacio donde pueden expresarse y, como en todo, cuando les da la posibilidad de expresarse, la gente lo toma a ese espacio, la cuestión es ver, encontrar la forma de abrir las puertas porque tienen cosas para decir, muchas veces no son consultados, es otra visión que me parece interesante escuchar.
Javier Lucero, Secretario General Cispren Río Cuarto. Periodista en LV 16 y FM Universidad.
Podemos enfocar la situación de los trabajadores en cuanto a sus necesidades económicas, sus ingresos, su situación como trabajadores, donde vemos un mapa realmente muy diverso pero que tienen como punto en común que sus ingresos están por debajo de la línea de la pobreza. Tanto los trabajadores formales como los informales tienen ingresos que están por debajo de la canasta básica. Esta situación que sabemos que afecta a muchos ámbitos laborales pero en la nuestra en particular viene decreciendo su poder adquisitivo significativamente en los últimos años. Así que nos encontramos en esa lucha, justamente por estos días estamos en discusiones paritarias que esperamos cerrar muy pronto pero la verdad es que la situación en la que estamos solamente nos está permitiendo aspirar a igualar la inflación y no a mejorar nuestro poder adquisitivo, lamentablemente.
-Entonces, ¿se podría decir que la mayoría de los periodistas son pobres o casi pobres?
Si, sin lugar a dudas. Algunos periodistas que tengan mayor antigüedad o tengan otros ingresos pueden estar sobre la línea de pobreza pero lo que estamos discutiendo hoy sobre salarios son sueldos de $54.000 más $ 11.000 en negro y estamos hablando de un 30% más en el semestre, como mejora. Así que vamos a seguir lamentablemente en esta situación . Accedí a los datos de una encuesta nacional que muestra que dos de cada tres periodistas tienen 2 trabajos y esto muestra claramente la situación de los trabajadores para llegar a sus ingresos mínimos.
– Esto también afecta la tarea profesional porque muchas veces hay que someterse a los designios de líneas editoriales de los medios con los que a lo mejor no coincidís y sin embargo lo tenés que hacer por temor a que si no te disciplinás, te puedan echar.
Si, tal cual. Hay una consigna de la lucha de los trabajadores y de las trabajadoras que dice que sin salarios dignos no hay libertad de prensa, está en riesgo ese bien tan preciado que es la comunicación porque muchas veces estamos agobiados por nuestra situación económica y no podemos cumplir debidamente con nuestro trabajo, más allá de que en términos generales predomina la honestidad intelectual de nuestros trabajadores, lo cual es una garantía de ese bien y de esa función que tenemos dentro de la sociedad. Sin embargo la cuestión económica muchas veces nos juega una mala pasada.
Por Vanessa Lerner.
Foto principal: Eugenio Agostini.