martes, 28 marzo, 2023
Otro Punto
  • Home
  • Noticias
    • Nota de tapa
    • Política
    • Social
    • General
    • Universidad
    • Sin Tiempo
    • El aguijón
  • Entrevistas
  • Columnistas
    • Alejandra Elstein
    • Alejandro Floriani
    • Mariano Barbieri
    • Pablo Pozzi
    • Pamela Brizzio
    • Gabriel Marclé
    • Vanessa Lerner
  • Ediciones Anteriores
  • Contacto
No hay resultados
Ver todos los resultados
Otro Punto digital
  • Home
  • Noticias
    • Nota de tapa
    • Política
    • Social
    • General
    • Universidad
    • Sin Tiempo
    • El aguijón
  • Entrevistas
  • Columnistas
    • Alejandra Elstein
    • Alejandro Floriani
    • Mariano Barbieri
    • Pablo Pozzi
    • Pamela Brizzio
    • Gabriel Marclé
    • Vanessa Lerner
  • Ediciones Anteriores
  • Contacto
No hay resultados
Ver todos los resultados
Otro Punto digital
Inicio Columnistas

Pamela Brizzio: “Hoy invalidamos a quien piensa distinto”

La Lic. En Psicología Pamela Brizzio aporta sus reflexiones en relación a la naturalización exacerbada de la violencia que vivimos actualmente, cómo se llega a esta situación y de qué manera impacta en la sociedad riocuartense.

septiembre 16, 2022
en Columnistas, Nota de tapa, Pamela Brizzio
min de lectura8 min
Pamela Brizzio: “Hoy invalidamos a quien piensa distinto”

El intento de magnicidio hacia la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, adicionó algo más a la violencia y al odio que estamos viviendo en la sociedad argentina, ¿qué nos pasa como ciudadanos?

No sé, hay algo que es hasta mundial. No es sólo argentino. Nosotros tenemos la particularidad de que siempre le ponemos un plus a las cosas. Yo creo que los argentinos estamos desgastados, somos una sociedad cansada de repetir una y otra vez determinados modelos, sensaciones y discursos. Cada uno puede posicionarse de un lado o del otro. Lo importante sería que pudiéramos ver todas las posturas pero eso no está pasando, es un River-Boca eterno donde siempre hay alguien que opina distinto y por tanto es invalidado. Ese invalidado es un enemigo, alguien con quien no me puedo comunicar, sentarme a discutir o participar. Esto es lo que genera este problema del odio. No poder saltar la famosa grieta de la que se habla.

Lo que pasó, más allá de cualquier interpretación política, tiene que ver con esto. Siempre en este país, pase lo que pase, se toma una postura. O sos A o sos B, blanco o negro, de acuerdo o en desacuerdo. No hay lugar para lo neutro, lo intermedio o los grises.

Más allá de la política y este hecho puntual sobre la vicepresidenta, parece que en nuestro país los hechos exteriorizan una violencia más cruda.

Es como si no hubiera filtros. Es como si todos hubiésemos tenido un accidente donde se ven afectadas nuestras partes cerebrales vinculadas a la inhibición. De repente parece que nos permitimos sacar a la luz nuestras partes más oscuras porque todo está permitido. A veces para defenderse, a veces para atacar.

Yo creo que tiene que ver, como te decía al principio, con un desgaste enorme.

Imaginate que tenemos un animal desde chiquito y lo maltratas, lo agredís, no le das comida ni un lugar para cobijarse, al sol en verano, sin abrigo en invierno, le sumas golpes de vez en cuando. Probablemente ese animal va a entender que el único modo de comunicarse con el mundo es a través de esa misma modalidad, de la violencia a partir del maltrato. De repente vamos a tener un animal que al momento de crecer probablemente sea un animal agresivo, un animal que no soporta el contacto con otros y es potencialmente peligroso. Si a esto lo trasladamos a la sociedad, de algún modo hemos sido como cachorritos que durante mucho tiempo hemos recibido maltratos causadas por malas decisiones, el modo que conectamos y el modo en que somos. Podríamos hacer análisis sociológicos bastante profundos. Nos han maltratado durante mucho tiempo: nos han dado carencias y abusos. Hoy por hoy nuestro modo de reaccionar es defendiéndonos. Una defensa unida al ataque, no ideológica o intelectual, sino física y agresiva. Como sociedad creo que nos está pasando eso.

En el mundo hay una conflictividad intolerante también, ¿por qué estamos en un periodo así?

No te sabría decir exactamente por qué en el mundo sucede esto así. Creo que es parte de lo mismo: un gran sistema mundial donde los engranajes se empiezan a gastar. Lo que antes funcionaba hoy ya empieza a mostrar un montón de carencias.

Sí sucede que en otros países hay idiosincrasias menos tolerantes por lo que ponen límites mucho más rápido. Así revisan sus mecanismos institucionales y legales para poder poner límites a eso. En nuestro país, por ejemplo, lo podemos ver en cuanto al voto. El voto ha perdido bastante peso, ya no hay intención, se toma como una tarea que hay que hacer una y otra vez, aunque parezca que nada cambia. Pareciera que no hay forma de emitir algo que genere un cambio. En cambio, en otros países sí, la gente espera ciertos momentos para generar un cambio. Hay un cierto poder de la ciudadanía.

¿Eso se debe a que la gente ha dejado de creer en la dirigencia política?

Yo creo que sí. Esta famosa “grieta”, que va más allá de lo político, es como si se hubiera engrandecido. El rival, sea el que sea, ahora es un enemigo.

En un Boca-River siempre se dan los hechos violentos en el fanatismo, ¿por qué se da esa carga emotiva en el fanático?

Hay una gran cuota de irracionalidad en el fanatismo. Hay una pérdida de lucidez. No puedo ver a mi vecino o familiar o novio, sino que es un enemigo. En este momento esta pasión irrefrenable es más fuerte que cualquier intelectualidad. Una de las principales razones de la violencia, en líneas generales, tiene que ver con la falta de educación. No sólo hablo de una educación académica, sino una educación general en valores, respeto y límites. Eso se instaura en cada familia, en cada barrio, en cada ciudad y escuela.

Ayer, sin ir más lejos, leí una nota en la que contaban que acá en la Plaza Olmos había un grupo de chicas peleándose, con todos arengando alrededor, como en un ring gratuito donde todos nos divertimos de ver cómo las personas se agreden. Hay un punto donde los valores se han perdido. La agresión parece ser parte de la mística de relacionarnos y ya no hay límites. Es todo el tiempo y en cualquier estrato social.

Esta escalada en la violencia en las relaciones, ¿se da por las formas de comunicación actuales como las redes o los medios?

Todo suma. Sería injusto adjudicarle la responsabilidad a un sólo factor. Claramente estamos expuestos a mucha más información hoy a partir de estos medios y redes. Es claro que hay una arenga, como con las chicas que se pelean en la plaza, desde los medios y las redes. Pareciera que necesitamos sacar nuestra furia, como sí no la pudiéramos frenar. La sacamos desde un mensaje anónimo en una red hasta una pelea callejera. Pareciera que todo el tiempo estamos buscando demostrar que tenemos razón con nuestra postura y nuestras ideas. La tolerancia está en -100. Esto siempre existió, pero ahora está exacerbado. Ahora es más general porque es como si se hubiese naturalizado. Ahora no sólo tiene más trascendencia todo, sino que es menos condenado. Antes no era tan grato. Ante una pelea la gente no paraba a mirar, sino que intentaba separar o llamaba a la policía. Se hacía algo para volver al orden. Había un valor que tiene que ver con el respeto.

¿Pensás que en algún momento hubo un quiebre en la sociedad argentina?

No se sí hay un momento exacto, pero sí que es un desgaste que se ha dado en las últimas décadas. Sí creo que va de la mano de la educación. Por alguna razón empezamos a tener la idea de que somos los únicos que tienen la razón. Entonces yo como madre no respeto al docente porque creo que no tiene razón, yo como hermano considero que mi familia está equivocada y no voy a dialogar, y así. Se ha perdido esa posibilidad de comunicación. Hay un discurso de que tenemos que encontrarnos y dialogar, pero queda en eso. Desde los principales referentes hasta los más simples vecinos repetimos esto constantemente.

Supongamos que en el menemismo y los 90 se haya valorado más la falta de responsabilidad, es cierto que hay una sociedad que fue permeable a eso. Nadie instaura un modelo que no es aceptado de alguna forma. Pero puede ser que en esa época se perdió la capacidad de ser prolijos, ser honestos, de hacer las cosas de buena manera. Pero lo vuelvo a decir: como sociedad tenemos que tener la responsabilidad de saber que fuimos gestores o de darle razones a estos modelos.

Hace unos años atrás, aquí en el Otro Punto, yo escribí una nota sobre Fernando Báez Sosa. Cuando pasan ese tipo de cosas tan trágicas automáticamente todos en Argentina nos sentimos madres y padres de Fernandos, pero yo me preguntaba sobre el hecho de que nadie se hace responsable de ser madre o padre de estos chicos que cometieron el crimen que cometieron. Estos hijos son también hijos de esta sociedad. Te diría que incluso estamos creando más situaciones que nos llevan a eso. Niños y jóvenes que necesitan hacer cualquier cosa por pertenecer y ahí, donde uno pierde la capacidad de pensar, es donde se desata la violencia.

Desde la psicología, ¿pensás que hay que poner límites?

Totalmente. La falta de límites es el principal problema. Y los límites vienen principalmente desde la familia o de quien haga las veces de. Ese es el núcleo en el que nos constituimos como personas, más tarde empiezan a funcionar en nosotros las instituciones donde nos formamos. Si como padres no respetamos a los docentes o médicos de nuestros hijos, por darte un ejemplo, ¿qué le podemos enseñar sino eso?

¿Cómo pensás que vamos a terminar?

Es duro. A mí siempre me parece que el futuro está siendo bastante oscuro. No pareciera que aparecen muchas luces. Igual yo siempre tengo fe de que en algún lado está ese ser humano que apuesta a la empatía, al respeto, a los valores. En algún momento serán nuestros hijos o nuestros nietos los que necesiten hacer ese cambio. Es como una guerra. Al momento de la guerra somos enemigos, pero va a llegar el momento de la banderita de paz donde necesitemos juntarnos.

¿Esa guerra fue la pandemia donde todos coincidimos que íbamos a salir mejores?

No sé si salimos peores, pero mejores no salimos, eso seguro. Los seres humanos somos obstinados con respecto al aprendizaje y la evolución. También nos pasa con las cosas más elementales de nuestro cuidado como cuando alguien supera una enfermedad y parece que no aprendió nada. ¿Cómo es que esta persona que estuvo al borde de la muerte, y la vida le dio otra oportunidad, no evolucionó? Parecería obvio que tendría que haber aprendido a bajar un cambio o hacer un cambio. Sin embargo, volvemos a repetir. Compulsión a la repetición diría Freud. Repetimos, repetimos y repetimos. Claramente nos está faltando evolucionar, tenemos que tener en claro que no estamos yendo a ningún lugar. Y no lo vamos a conseguir haciendo que los demás piensen como yo. Cada uno piensa de la manera que considera más adecuada. No está mal transmitir mi opinión y mi idea, pero es con la certeza y el respeto de que el otro puede no tomar nada de lo que le digo. No por eso es un enemigo. Si no logramos esta concordia es difícil salir adelante. Se han agudizado las grietas y no sólo las políticas. Siempre somos opuestos y enemigos. Sí no hay un pacto social el destino es oscuro. Es triste pensar sobre todo en los niños y jóvenes que tienen que construir un mundo y el panorama es desalentador.

¿Pensás que las generaciones vamos aprendiendo menos de nuestros padres?

Yo creo que se mezclan las cosas. En un punto es posible que se hayan flexibilizado ciertos valores que venían de nuestros padres, pero creo que, como todo funcionamiento de masas, la sociedad misma te va llevando. Yo puedo querer hacer las cosas de determinada manera, pero tal vez todo mi entorno me lleva a accionar de determinada forma porque si no quedo excluido. Hay un punto en el que tengo que ser capaz, no de soportar la exclusión, sino de entender que la exclusión no nos va a llevar a nada. Si yo excluyo a los demás porque piensan distinto o tienen otros valores no voy a ayudar en nada. Si logramos soltarnos de eso, y entender que podemos encontrar otros grupos o poder seguir siendo parte, aunque seamos diferentes, vamos a poder salir adelante sino es muy difícil. Se flexibilizaron cosas, sin duda, pero toda la sociedad se flexibilizó. Mantenerse en una línea es un trabajo muy duro y no todos están dispuestos a hacerlo. Siempre estamos a tiempo de volver.

¿Qué pensás sobre este tema en la sociedad de Río Cuarto?

No somos nada separados del resto. Obviamente no se ve tan grave porque somos menos y la ciudad es más chica. De todas maneras, es permanente observar que pasó algo que tiene que ver con el no registro del otro. La solución siempre parece ser más violencia, ante cualquier cosa que me molesta del otro pensamos en soluciones que son poco amorosas. La sociedad de Río Cuarto en este sentido no se diferencia del resto.

CompartirTuitearEnviarEnviar

RelacionadoPublicaciones

El depredador: 30 años de impunidad
Columnistas

El depredador: 30 años de impunidad

Finalmente, hace unos días, González fue imputado por abuso sexual agravado. La caja de Pandora se abrió y en...

por Otro Punto
marzo 24, 2023
Edición N°30
General

SE ALQUILA ¡Si encuentra y tiene para pagar!

Un estado ausente a la hora de regular una ley de alquileres que beneficie tanto al propietario como al...

por Otro Punto
febrero 24, 2023
¿Pavos o cóndores?
Pamela Brizzio

¿Pavos o cóndores?

Resulta que esta historia llamada Morir en la Pavada del libro Cuentos Rodados de Mamerto Menapache, cuenta sobre un...

por Otro Punto
febrero 24, 2023
¡Aflojando, aflojando y…soltando!
Columnistas

¡Aflojando, aflojando y…soltando!

Aflojar es aliviar, disminuir el ritmo, ceder el control. Así como para caminar necesitamos de nuestras dos piernas y...

por Otro Punto
febrero 17, 2023

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El mañanero

El Mañanero – 10 de noviembre
Podcast

El Mañanero – 3 de diciembre

por Otro Punto
diciembre 3, 2021
0

Leer Más

El aguijón

Camilo Vieyra: “Me vacuné pero no voy a responder cuándo lo hice”

¿Camilo Vieyra antivacunas?

PATRIOTAS S.A.

Se fue al pasto

Otro Punto digital

Semanario de Publicación semanal y de distribución gratuita.

Seguinos en nuestras Redes Sociales

© 2020 Otro Punto | Todos los derechos reservados

  • Home
  • Noticias
  • Entrevistas
  • Columnistas
  • Ediciones Anteriores
  • Contacto
No hay resultados
Ver todos los resultados
  • Home
  • Noticias
    • Nota de tapa
    • Política
    • Social
    • General
    • Universidad
    • Sin Tiempo
    • El aguijón
  • Entrevistas
  • Columnistas
    • Alejandra Elstein
    • Alejandro Floriani
    • Mariano Barbieri
    • Pablo Pozzi
    • Pamela Brizzio
    • Gabriel Marclé
    • Vanessa Lerner
  • Ediciones Anteriores
  • Contacto

© 2020 Otro Punto - La realidad tiene diferentes lecturasTodos los derechos reservados.