¿Qué hace una puericultora?
Las puericultoras nos dedicamos al cuidado de los bebés en el primer mes de vida. Abarcamos toda la enseñanza de un bebé recién nacido, toda esa etapa tan intensa: alimentación, higiene, signos de alarma, controles.
Esta profesión existe hace muchos años. Ya hace 20 años que existe la especialidad. En las grandes ciudades se hacía desde siempre y hay consultorios particulares para trabajar esto. En las ciudades más chicas no le dan mucha importancia, es una pena.
Yo lo hacía en el Sanatorio privado por muchos años. Luego se dejó de hacer porque se fueron achicando los consultorios y una se queda sin hacer este trabajo que es tan hermoso. La tarea que realizaba era visitar a las mamás y a los bebés habitación por habitación y enseñarles todo. Desde el cambio de pañal, higienización del cordón, el baño hasta la alimentación a pecho. Esa sería la base. Estando con cada mamá vamos viendo qué necesita. Cada una es especial y distinta. Depende de los embarazos, de los partos, cada una necesita distintas atenciones. Es un mundo muy amplio.
¿Actualmente cómo te pueden consultar?
Yo trabajo con las parteras del Neonatológico, de la Clínica del Sur, las del Instituto. Con ellas damos charlas y talleres como para ir entrando en cada situación y en cada hogar. Así empiezan a conocer la puericultura a base de cursos. No todas pueden acceder, lamentablemente, porque tiene un costo. A mí me gustaría poder llegar a todas. Por suerte en Río Cuarto funciona el boca a boca y así nos vamos conociendo.
El acceso a la sobreinformación a través de internet, ¿favorece o perjudica?
Como decís hay sobreinformación. A veces entran a sitios de otros países e indagan sobre datos que acá en nuestra cultura es completamente distinto. Cuesta a partir de esto integrar de manera verbal lo que está más o menos bien, lo normal, lo esperable. Investigan sobre la alimentación, por ejemplo, y en otros países circulan otras nociones u otros mitos. Es difícil desmitificar con las mamás, con las tías, con las abuelas. De a poquito buscamos enseñar. Cada mamá va tomando y se va adaptando según su hogar. Lo que transmito, después de 25 años dedicándome a esto, es lo que he aprendido en la práctica con cada mamá. El tema internet está un poco difícil.
¿Cuáles son los mitos más comunes que aparecen en las consultas?
El más común, vinculado a la alimentación, es que no pueden comer lechuga o cítricos porque le hace doler la panza al bebé. Es un fantasma que cuesta un montón sacar de las cabezas. Siempre hay que explicarles cómo se forma la leche materna, de dónde sale, cómo lo que come la madre pasan los nutrientes a la sangre y de ahí a la leche. Por más que nos tomemos un vaso de gaseosa las burbujas no pasan al pecho. De repente van entendiendo y sabiendo que muchas de las cosas que saben son mitos.
¿Notas alguna diferencia entre la lactancia de hace años atrás y ahora?
Sí, antes la lactancia era algo sólo de las mujeres y el gran cambio que se ve es que los papás ahora quieren aprender, se acercan a los talleres, contienen.
También es un buen cambio el tratar de dar más el pecho. Hubo un momento en el que a partir de la industrialización de las leches maternizadas se segmentaba la alimentación. A veces desde el nacimiento les daban un biberón. Ahora se entiende la importancia del pecho.
También apareció en todos estos años el Hospital Amigos de la Madre del Niño. Ahí se intenta decir no al biberón, no al chupete, al menos los primeros días. Tratar de que el bebé se prende al pecho y si la mamá lo puede lograr.
Otro cambio es con el tema de las nurserys. El bebé nacía y se lo separaba de la madre por las primeras horas. Estudios científicos han demostrado que el contacto piel a piel con la mamá es lo que ayuda al bebé a vivir como tomar la teta en la primera hora de vida. Esto se fue modificando, las madres lo fueron aceptando y lo ponen práctica. Por suerte ya no hay más nurserys. Se pensaba que la madre estaba adolorida y por eso no podía atender al bebé en esas primeras horas, cuando todo lo contrario. Mientras mayor contacto con el bebé la mamá se recupera más rápido. Así el bebé se adapta mejor a la vida extrauterina.
¿Cuáles son las dificultades que tienen las madres y las familias en los primeros meses de vida del bebé?
La primera semana es un momento único. Hay muchas tensiones y miedos, sobre todo las mamás primerizas. Las grandes dificultades se superan preparándose durante el embarazo. Por ejemplo preparando los pechos para amamantar, cuidando los pezones, superando los miedos sobre la bajada de leche. En esos casos vienen a consulta, las asesoro y así podemos hacer mejor las cosas.
¿Por qué es importante la lactancia? ¿Qué sucede cuando las madres por distintos motivos no pueden amamantar?
La leche materna es perfecta. Es todo lo que el bebé necesita para poder vivir y crecer sano. Previene enfermedades, infecciones, dificultades respiratorias. Le da todas las microglobulinas que la madre ha construido durante toda su vida, imaginate. Aunque sea poca cantidad comienza desde el calostro. Sobre el calostro también hay mitos, dicen que no sirve y no es así. El calostro es rico en propiedades y ayuda, por ejemplo, a madurar su intestino. Se prepara con esto la parte gástrica a recibir la leche. De a poco va tomando las defensas. Toda la leche de madre sirve, puede ser menos grasa o más grasa. Si la leche parece agua igual le sirve al bebé y le faltará grasa por la alimentación de la madre, por ejemplo. Durante seis meses decimos que tiene que ser de pecho exclusivo. Ayuda incluso a las madres a prevenir el cáncer de mama y de útero, ayuda hasta a la autoestima de la mamá. El amor que da la mamá engorda.
Pueden haber muchas razones por las que una mamá no puede dar el pecho. A veces es por partos prematuros donde no se le puede alimentar enseguida pero siempre hay acompañamientos útiles para hacer que a las mamás les baje leche. Es increíble cómo el cuerpo responde, se da cuenta que el bebé ya nació, se activan las hormonas prolactina y la oxitocina que ayudan a la producción. Hay que trabajar con un sacaleche si el bebé no se prende pero con acompañamiento se puede. Así les baje muy poquito es importante que se la den al bebé. Son gotitas de oro. El complemento artificial ya después lo receta el médico.
¿Cuánto tiempo, más allá de esos seis meses, se debe sostener la lactancia?
Seis meses decimos que de pecho exclusivo, sólo teta. Sí necesita un complemento, se le incorporará complemento. A los seis meses ya comienza con alimentos y se dará menos el pecho pero a distintos horarios es importante hacerlo a menor cantidad. Se puede amamantar hasta los dos años, por lo menos, que es lo que pide la Organización Mundial de la Salud.
Si la madre tiene que trabajar, que es algo que obviamente sucede, se puede seguir amamantando sacándose leche para llevársela a su bebé. En cuanto a la extracción, si el bebé no se prende es muy importante que la mamá se saque. Y bueno, más allá de los seis meses tiene que ver la indicación del médico sobre la alimentación, pero complementar con la teta.
En cuanto a lo que mencionas sobre los trabajos, ¿qué deberían garantizar los puestos de trabajo para facilitar la lactancia?
Primero y principal brindar a la madre la hora de lactancia que por Ley está. Acomodar los horarios para que la mamá pueda amamantar a su bebé, algunos lugares permiten llevar al niño para que tome la teta aunque son los menos. Por lo menos deben tener algún lugar para que la madre se pueda extraer la leche sí no le da la teta. Un lugar cómodo, higiénico, con heladera.
Desde las políticas públicas, ¿qué se podría pensar para favorecer la lactancia materna?
Sería hermoso que todas las empresas, comercios y puestos de trabajo puedan darles licencias a las mamás por lo menos cuatro meses. Algunos lugares piden, y hasta se hace, seis meses. Poder estar tranquila en la casa al cuidado de su bebé sería lo ideal. Ojalá todo el mundo pudiera.
¿Qué le dirías a una futura mamá en relación a la lactancia?
Cuando una mamá queda embarazada ya puede ir pensando y decidiendo si va a querer amamantar. Va naciendo sola esa idea y de a poco va creciendo. La mayoría quiere. La que quiere tratamos de educarla y prepararla durante el embarazo. De a poquito todo su cuerpo va cambiando y hay que prestarle atención a las mamas para que pueda dar el pecho. La idea es tener una lactancia feliz, porque hay muchas madres que no desean por una cuestión física o psicológica y eso también es respetable. Yo siempre les digo que lo tienen que decir, hablarlo con la obstetra. Otras veces lo intentan y en la marcha se dan cuenta que no pueden o no quieren, y se la respeta. Se le enseña cómo alimentar al bebé con leche maternizada y no pasa nada. No se tienen que sentirse frustradas. Es mejor dar un biberón con amor que el pecho con angustia. Tiene que ser un disfrute. Estos cursos que hacemos están buenos para prepararse y sacarse los miedos.
¿Con cuánta anticipación del nacimiento se toman esos cursos?
A partir aproximadamente de la semana 30 de gestación. Al curso de lactancia materna lo incluimos en el curso de preparto.
¿Algo que quisieras dejar como mensaje sobre esta temática?
Que tomen conciencia todos los sectores de salud. Muchas veces las obras sociales no cubren la atención de las mamás, la puericultura y la lactancia materna. A los sanatorios tampoco les parece importante la atención de las primeras horas después del parto. Yo he hablado en muchos lugares y no lo quieren incorporar como una atención más. Es un poco difícil acá en Río Cuarto. Del 1 al 8 de agosto es la Semana de la Lactancia Materna a nivel mundial y ahí trabajamos intensamente el tema de la educación. Esta bueno esto de que a través de otros medios la información pueda llegar.
Por suerte las mamás se interesan, me llaman, consultamos, las acompañamos. Ya con una consulta se sienten más relajadas y más felices. Para cualquier problema hay salida, es cuestión de buscar las formas. Sería importante que toda la sociedad lo entienda, sobre todo las autoridades.