viernes, 3 febrero, 2023
Otro Punto
  • Home
  • Noticias
    • Nota de tapa
    • Política
    • Social
    • General
    • Universidad
    • Sin Tiempo
    • El aguijón
  • Entrevistas
  • Columnistas
    • Alejandra Elstein
    • Alejandro Floriani
    • Mariano Barbieri
    • Pablo Pozzi
    • Pamela Brizzio
    • Gabriel Marclé
    • Vanessa Lerner
  • Ediciones Anteriores
  • Contacto
No hay resultados
Ver todos los resultados
Otro Punto digital
  • Home
  • Noticias
    • Nota de tapa
    • Política
    • Social
    • General
    • Universidad
    • Sin Tiempo
    • El aguijón
  • Entrevistas
  • Columnistas
    • Alejandra Elstein
    • Alejandro Floriani
    • Mariano Barbieri
    • Pablo Pozzi
    • Pamela Brizzio
    • Gabriel Marclé
    • Vanessa Lerner
  • Ediciones Anteriores
  • Contacto
No hay resultados
Ver todos los resultados
Otro Punto digital
Inicio Deportes

Hay que ganarles a todos

diciembre 23, 2022
en Deportes, General, Mariano Barbieri, Social
min de lectura6 min
Hay que ganarles a todos

-¿Pongo ladrillos ahora?

Los vientos de agosto fueron también de septiembre, octubre, noviembre. La tierra vuela arremolinada sobre la calle sin salida. El mundo es un lugar horrible cuando falta el agua.

Juan se acerca, le alcanza una barra de hierro del 6 y lo manda a doblar.

-Todavía no -le dice-. Armame dos ganchos. Más o menos así -abre las manos-.

Julián toma el hierro y se sienta a la sombra de uno de los chañares del fondo. Juan renguea y se acerca demasiado a la pared. Le cuesta ver ahora con los anteojos salpicados y termina los revoques uno por uno, como si estuviera decorando la torta del cumpleaños de su hijo y no tomando las juntas del quincho de otro: el mío.

II

El comienzo de la pared es un momento de alivio después de los días de cavado. La apertura de una obra, por más pequeña que sea, es una sucesión de desórdenes. Hay barro, tierra revuelta, piedras, polvillo que vuela. El trabajo es muy sacrificado y es el único momento en el que todo se ve peor de lo que estaba. Donde había césped o tierra pareja, ahora parece un espacio tomado por topos gigantes que devoraron el suelo. Entonces, poner un ladrillo sobre el otro y ver aquello crecer es algo que disfrutamos todos. Julián quiere poner ladrillos, pero aún no le toca. Sigue doblando hierros.

Juan está a semanas de cumplir 74 años. Julián termina la escuela y esquiva -cada vez que apuntan- los dardos del abuelo para que, además de aprender el oficio, estudie.

-Ya sabés todo -le dice-, pero vas a conseguir mejores trabajos (acaso la mejor definición del uso de un título).

Julián se ríe, un poco por el elogio y otro porque siente en la cara la brisa de la juventud.

Yo trabajo en una computadora, la tarea más lejana. Y mi ventana da de costado a la obra. Entonces los miro, los escucho y, cada vez que puedo, invito a mi hija o alzo a mi hijo para mirar de cerca lo que hacen. Son tantos los saberes específicos que se ponen en juego, las habilidades, el cálculo, el control. Sobre el suelo hay maderas y pedazos de hierros, rollos de alambre. Toda esa apariencia de descarte se transforma en andamios, reglas que sostienen vigas, columnas. Todo al rayo del sol de la siesta de las sierras. Quien quiera romantizarlo, que lo reconsidere.

Pasan los días y el quincho tiene su marco, el primer trazo de realidad. Lo miramos de lejos y, con buena voluntad, puede imaginarse terminado. De ese medio metro de ladrillos se ven los amigos, el fuego prendido, los juguetes tirados. Imagino que Juan y Julian tienen otra mirada: ya queda menos.

III

Es miércoles y hoy no vinieron. Un problema familiar. Los veo mañana jueves.

Cuando aparecen, cerca de las 7, se escucha primero la radio. Demoran unos minutos en bajar, tal vez juntan fuerzas para el sol, tal vez esperan que se cumpla algún horario, cualquiera, o simplemente forme parte de su rutina. Una vez abajo, nada los detiene. Cada día tiene un plan que raramente o nunca, lo cuentan. Siempre avanza.

Se juega el mundial de Catar y Julián analiza los partidos, los rivales, las jugadas. Juan se resiste a la parla y subraya cada vez que puede: hay que ganarles a todos para salir campeón. Yo asiento sabiendo que esa es ni más ni menos que una de las grandes verdades demostradas. La altura de las paredes es importante, todo listo para cruzar las maderas y empezar el techo. ¿Cómo se hace un techo? Pienso en aquello que tengo sobre mi cabeza hace 40 años y no tengo la menor idea. Están las maderas, los tirantes, las chapas. Algo bueno va a salir.

Es lunes y tengo un mensaje de audio. No van a poder venir. La pena en la voz de Juan excede a la cancelación. Agradezco el aviso y a la tarde guardamos con Leti las herramientas que dejaron a la intemperie.

IV

El viernes bajaron del auto con una garrafa y una plancha. Se acabó eso de andar pidiendo comida, siempre frita, pocas veces rica, nunca fresca. Julián disfruta de la cocina. Bifes con verduras salteadas, huevos revueltos, algunas ensaladas. El almuerzo llega ahora para todos cuando calienta la plancha. EL olor manda.

Como cada día, desde esta silla reclinable admiro el trabajo de ellos. Me siento inútil en tantos sentidos excepto tal vez en uno solo y es que mis tareas posibilitan, de alguna manera, las suyas. La transformación de la materia es tanto más real. ¿Cuándo supimos que no íbamos a usar las manos? Acaso demasiado temprano.

Y hablando de manos, los dos son arqueros. Juan, el abuelo. Julián, el nieto.

-Es muy bueno él -dice Juan.

Puede verse, a favor del relato del Abuelo, un cuerpo de arquero en la persona de Julián. Ágil, brazos largos, hombros arriba. Esa cara de irreverencia que todo arquero necesita tener.

Ahora están sobre el techo. Toca clavar maderas para poner la bovedilla. La decisión que toman es incomprensible: uno sostiene el clavo, el otro martilla. Deporte de riesgo. Mientras el resultado obvio serán los dedos machucados, las risas se escuchan al menos en las cuatro casas que, por admiración o curiosidad, se acercan cada día a ver cómo avanza la obra. La semana termina con el techo puesto. La bovedilla es un arte ancestral.

V

Es miércoles y todavía no llegaron. Llevan tres días de suspensiones y me suena el teléfono.

-No hay nada que hacer- me dice Juan, que solo piensa en un milagro, como le gusta decir, y en que su hijo no sufra más.

La historia de Juan aparece en cuentagotas. Sabemos que aprendió con maestros y tal vez por eso tenga esa vocación de legado. Cuenta que creció cerca de la frontera con Santiago del Estero. Ahí vivió con un tío carpintero. De chico sus tareas eran menores, pero no por eso insignificantes. De día muebles, de noche ataúdes. En aquel pueblo todo pasaba por ahí.

Cuentan de una tarde en que el tío le pidió lo habitual: “andá a la casa del muerto y medilo”.

Tarea de rutina para armar el cajón. Juan asintió, pero en el camino se distrajo, lo invitaron a patear y el partido terminó con la luz del día. Ya sin nadie que lo acompañara, de regreso dijo, sin dudar: “metro sesenta”. “¿Metro sesenta?”, dudó el tío que había oteado al muerto alguna vez. Por las dudas, le dio cinco de margen. Ya con el metro sesenta y cinco de cajón, en medio de la ceremonia el tío ordenó: “todos afuera, es un momento sensible. Menos vos, Juan”. Y así, una vez vaciada la sala Juan aprendió, también de manos del tío, lo frágiles que son, una vez muertos, los huesos humanos.

-Como un vidrio- dice Juan-, igual que un vidrio.

VI

Es miércoles otra vez y juegan Francia contra Marruecos. Una semifinal atípica y tanto Julián como yo estamos con Marruecos: la ley del equipo menor. Analizamos un poco las posibilidades y desde los cinco centímetros del zócalo Juan repite su mantra: “para ser campeones, hay que ganarles a todos”. La frase concluye, como toda verdad, las demás especulaciones. Ya trabajan en los detalles, o “las terminaciones”, como dice Julián. Distintas combinaciones de cemento y arenas, más o menos agua, según los parches, las juntas, los marcos.

Visto de cerca tiene la forma de una cabaña en miniatura. No hicimos planos, ni siquiera dibujos, fue un diseño hablado. Una puerta acá, las ventanas más o menos así, el piso según el material que quede.

-¿Lo hacemos hasta ahí?, Juan señaló una tarde con una ruleta. Tiró unos hilos, miró hacia arriba y ahí quedó. Más grande de lo que esperábamos. El techo cae hacia el patio, sobre los árboles. Parece que hubiera estado siempre ahí.

-Quedó muy bien -le digo, elogiando el compromiso y el detalle-

-Sin amor, no se puede hacer ningún trabajo -me contesta Juan, en voz alta, acaso esperando que no fuera solo yo el que escuchara.

VII

Argentina salió campeón este domingo. Al final, le ganamos a todos los que quedaban. Al partido lo vieron desde la clínica, me contó después. De reojo nomás porque Pablo, el hijo de Juan y el papá de Julián no están bien. Nada bien. “Los dolores son tremendos, insoportables”, me explica en un mensaje. “Hay que creer”, dice Juan. “Hay que confiar”, decía Messi. Hay que escribir, pensaba yo, cuando los veía trabajar. Escribir y contar que es otra manera de tener fe. Como una plegaria atea o como un regalo para que, como dice Juan, los milagros existan.

Por Nano Barbieri.

CompartirTuitearEnviarEnviar

RelacionadoPublicaciones

“Si no es perpetua, no es justicia” Y si no, ¿qué sería?
General

“Si no es perpetua, no es justicia” Y si no, ¿qué sería?

Fernando Báez Sosa fue asesinado en la madrugada del 18 de enero de 2020 en Villa Gesell luego de...

por Otro Punto
enero 27, 2023
Justicia por Fernando y madurez emocional para todos
General

Justicia por Fernando y madurez emocional para todos

Llega a sus instancias finales un juicio que nos tiene en vilo a todos y luego de 3 años...

por Otro Punto
enero 27, 2023
#Recomendados: Hernán Rossaroli
Cultura

#Recomendados: Hernán Rossaroli

Películas/series: Hasta el último hombre (Dir. Mel Gibson). La película demuestra que por más que te pongan muchas trabas...

por Otro Punto
enero 27, 2023
Ocupaciones maravillosas [películas y series]: The way, way back
Cultura

Ocupaciones maravillosas [películas y series]: The way, way back

Está dirigida por Jim Rash y  Nat Faxon ambos actores de películas de las que probablemente no se acuerden...

por Otro Punto
enero 27, 2023

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El mañanero

El Mañanero – 10 de noviembre
Podcast

El Mañanero – 3 de diciembre

por Otro Punto
diciembre 3, 2021
0

Leer Más

El aguijón

Camilo Vieyra: “Me vacuné pero no voy a responder cuándo lo hice”

¿Camilo Vieyra antivacunas?

PATRIOTAS S.A.

Se fue al pasto

Otro Punto digital

Semanario de Publicación semanal y de distribución gratuita.

Seguinos en nuestras Redes Sociales

© 2020 Otro Punto | Todos los derechos reservados

  • Home
  • Noticias
  • Entrevistas
  • Columnistas
  • Ediciones Anteriores
  • Contacto
No hay resultados
Ver todos los resultados
  • Home
  • Noticias
    • Nota de tapa
    • Política
    • Social
    • General
    • Universidad
    • Sin Tiempo
    • El aguijón
  • Entrevistas
  • Columnistas
    • Alejandra Elstein
    • Alejandro Floriani
    • Mariano Barbieri
    • Pablo Pozzi
    • Pamela Brizzio
    • Gabriel Marclé
    • Vanessa Lerner
  • Ediciones Anteriores
  • Contacto

© 2020 Otro Punto - La realidad tiene diferentes lecturasTodos los derechos reservados.