Hallan el cráter de impacto más antiguo de la Tierra y reescriben la historia del planeta
Un equipo de científicos ha descubierto el cráter de impacto más antiguo de la Tierra, un hallazgo que podría cambiar nuestra comprensión sobre la evolución del planeta y el origen de la vida.
El meteorito que formó este cráter se estrelló contra la Tierra hace 3.500 millones de años. Hasta ahora, el cráter de impacto más antiguo conocido tenía una antigüedad de 2.200 millones de años. Este descubrimiento sugiere que nuestro mundo ha sufrido impactos de gran magnitud mucho antes de lo que se pensaba, y que estos eventos podrían haber jugado un papel crucial en la aparición de la vida.
Los investigadores identificaron el cráter gracias a la presencia de “conos de trituración”, estructuras geológicas que se forman bajo la intensa presión generada por el impacto de un meteorito.
“Sabemos que los impactos de gran magnitud fueron comunes en el sistema solar primitivo al observar la superficie de la Luna”, explicó Tim Johnson, investigador de la Universidad de Curtin. “Hasta ahora, la ausencia de cráteres realmente antiguos en la Tierra ha hecho que estos eventos sean ignorados en gran medida por los geólogos”.
Según Johnson, este estudio representa una pieza clave en el rompecabezas de la historia de impactos de la Tierra y sugiere que podría haber muchos otros cráteres antiguos por descubrir.
El hallazgo no solo podría ayudarnos a comprender los entornos en los que prosperó la vida temprana, sino también la configuración actual de los continentes, señaló Chris Kirkland, otro investigador de la Universidad de Curtin.
“Descubrir este impacto y encontrar otros de la misma época podría aportar información valiosa sobre los orígenes de la vida, ya que los cráteres de impacto generaron entornos propicios para la vida microbiana, como piscinas de agua caliente”, explicó Kirkland.
Además, el impacto pudo haber desempeñado un papel fundamental en la formación de la corteza terrestre primitiva. La enorme energía liberada podría haber contribuido al movimiento de las placas tectónicas, empujando una parte de la corteza terrestre por debajo de otra o permitiendo que el magma del manto ascendiera hasta la superficie.
Incluso, este evento podría haber favorecido la formación de los cratones, grandes extensiones de corteza continental estable que constituyen la base de los continentes actuales.
El estudio que documenta este hallazgo, titulado “Un cráter de impacto Paleoarqueano en el Cratón de Pilbara, Australia Occidental”, ha sido publicado en la revista Nature Communications.